Un
café con el Alcalde
De aspecto juvenil,
tejanos,camisa blanca de lino, cinturón y zapatos tipo náutico,
acude a nuestra cita, en una cafetería de nuestro pueblo, puntual y
como siempre, alargando la mano para saludarme como una extensión de
su cuerpo, aprieta y agita “como siempre”, transmitiendo a través
de su mano, la sensacion de cque se alegra de verme y que tenias
ganas de ello.
Cara de recién levantado
de la cama y con ojos aun adormecidos, me explica que estuvo la noche
anterior un rato en el concierto de los psicobillys, que había un
ambientazo y furtivamente comentamos lo de que aun, con sus pintas
un poco llamativas, son muy buena gente que gastan y consumen, ademas
de darle al pueblo un color especial.
Pide un café con leche y
se sienta frente a mi, en aptitud receptiva y seguro de que esta
frente a alguien “amigo”.
Antes de entrar en la
charla para la cual hemos quedado, le pregunto que como se lleva eso
de unir días y noches siendo eso “alcalde” y sobre todo un
alcalde tan cercano como es el, que lo mismo se le puede ver con unas
botas de agua, que con una chaqueta y un bastón de mando o con un
chándal corriendo por las calles de Pineda.
Me dice que mucha gente
le pregunta esto y que el siempre dice que es un puesto de trabajo
que solo se lo puede permitir un cuerpo humano, como máximo, dos
legislaturas, que mas seria casi, misión imposible. Suele recibir
mas palos que abrazos, precisamente por ser tan “cercano”, pero
el me dice que ya le gusta, que es lo que busca con esa cercanía,
precisamente estar muy cercano al pueblo que con buena intención y
firmeza gobierna. Aun así, me dice que “sus notas de curso” ,
han sido positivas, aun habiéndole tocado una temporada muy mala con
esto de la crisis.
Empiezo a hablarle de “mi
problema” y se relaja en su silla dispuesto a escucharme con mucha
atención, le veo tan cercano que siento como si estuviera
desayunando con mi amigo Miguel, me deja hablar y después de
exponerle mi tema, acompañado de sus manos sus ojos y su voz, algo
parecido a un ritual, me explica un poco la situación y anotando
cosas en un papel, me dice que se pondrá por la labor y que en breve
me dirá algo.
Las veces que he hablado
con él desde que es político, siempre me ha contado alguna pequeña
confidencia de aquellas que “ no se pueden contar” creo que lo
hace para llevarte mas a su terreno, mas a su estancia para que así,
aun me sienta mas agusto, con él.
Hace un tiempo, en tono
de broma le dije, “alcalde estas cogiendo unos kilos” hoy le veo
en forma, delgado, apuesto y con ese buen color que tenemos todos en
verano, sin yo sacar ese tema, me dice que (confidencia) desde hace
una temporada y siempre que puede al ir terminando el día, se pone
un chándal y sale a correr, en este momento le vienen a diario
montones de ideas a la mente, que la mayoría no son ni diseñables,
pero que muchas otras las comenta con su equipo al día siguiente. La
mayoría de estas ideas, son relacionadas con hacer de Pineda un
lugar, agradable donde sus ciudadanos vivan mejor.
De nuevo con un fuerte
apretón de manos, no sin antes invitarme al café, se despide con
las promesa de vernos pronto.
He titulado esta nota, Un
café con el Alcalde y en este momento de reflexión sobre el día de
hoy, opino que todos y cada uno de nosotros, deberíamos algún día
hacer un café con el Alcalde.
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